domingo, 22 de julio de 2012

Liberación de Rossella Urru, Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons

(Enric, Rossella y Ainhoa)

Tras casi nueve meses de secuestro, finalmente, han sido liberados Rossella Urru, Ainhoa Fernández del Rincón y Enric Gonyalons Sureda, los tres cooperantes secuestrados en la noche del 22 al 23 de octubre de 2011 en Rabuni-(Centro administrativo en los Campamentos de refugiados saharauis en Tinduf -Argelia-).

Rossella Urru trabajaba para el Comité Italiano para el Desarrollo de los Pueblos (CISP). Ainhoa Fernández para la asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Extremadura y Enric Gonyalons par la asociación Mundu-Bat de Euskadi

Las primeras noticias que dio el Ministerio de Información de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) era que "Uno de los rehenes resultó herido y también uno de los guardias saharauis durante el asalto, sin que por el momento esté claro de cuál de ellos se trata. El Ministerio informó que se habían tomado "las medidas necesarias para perseguir a los secuestradores" y expresó su "severa condena ante este acto criminal". Días más tardes se informó de que el herido podía ser Enric Gonyalons.

La agencia de prensa saharaui SPS publicaba el 24 de octubre "Desde el alevoso secuestro cometido por un grupo terrorista de tres cooperantes europeos que trabajaban en materia humanitaria en los campos de refugiados saharauis el sábado 22 de octubre, el Gobierno de la RASD y el Frente Polisario hicieron rápidamente intensos esfuerzos y contactaron con los países de la región para coordinación y cooperación",(...)."A la vez que reafirmamos nuestra más firme condena a esta acción cobarde, solicitamos a los Estados de la región y del mundo que continúen e intensifiquen la coordinación, cooperación y trabajo conjunto para poner fin a esta tragedia tan pronto como sea posible", (...). "Las autoridades saharauis enfatizan que un acto terrorista como este no sólo está dirigido a amedrentar a los trabajadores humanitarios, sino que pone en peligro la solidaridad internacional con los refugiados saharauis y su justa causa", además, en el comunicado se manifiesta la solidaridad con las víctimas y sus familias. Las autoridades saharauis indicaron que "los terroristas se infiltraron en el campamento con vehículos todo-terreno, presumiblemente atravesando la frontera desde Malí, e irrumpieron con armas de fuego en la sede de recepción de extranjeros, donde procedieron a secuestrar a los cooperantes”.

A finales de noviembre, el delegado del Frente Polisario en España, Bucharaya Beyun, declaraba que no había datos precisos de los autores del secuestro, aunque opinó que todos los indicios apuntaban a una red vinculada con Al Qaeda. Beyun recordó que el norte de Mali, la frontera de este país más cercana a los campamentos saharauis, es el "santuario" de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). "No hay duda de que los terroristas vinieron de Mali y regresaron a Mali” y añadió que este secuestro persigue desacreditar al pueblo saharaui.

Beyun manifestó que las fuerzas de seguridad saharauis estaban en contacto con los países vecinos para coordinarse y lograr la liberación lo antes posible.

En la segunda semana de diciembre tras el desmentido de AQMI, asegurando que ellos no eran los autores del secuestro, este es reivindicado por un grupo disidente a través de un doble comunicado, en una grabación y por escrito, a la agenda AFP en Bamako (capital de Mali). "Somos el grupo Jamat Tawhid Wal Jihad Fi Garbi Afriqqiya en el oeste africano. Reivindicamos la operación que se produjo el 23 de octubre en Tinduf", afirmaron en un breve mensaje. El ministro de Asuntos Exteriores de Burkina Faso, Djibril Bassolet, afirmó que su país se había puesto en contacto con el grupo armado que secuestró a los cooperantes y se ofreció como mediador

El Gobierno de la RASD aseguró desde el primer momento que los secuestradores habían llevado a los cooperantes a Mali, hasta donde trataron, sin éxito de perseguirles el día del secuestro.

Mohamed Lamin Bujali, ministro de Defensa saharaui, declaró a mediados de diciembre en Tifariti, durante la celebración del XIII Congreso del Frente Polisario que los secuestrados podrían estar en la zona fronteriza entre Mali y Níger Según su relato, fuerzas de seguridad de la RASD detuvieron a principios de diciembre, en territorio mauritano, a siete personas y mataron a una octava en una operación policial. Lamin señaló que los detenidos son de nacionalidades saharaui y maliense. Asimismo, detalló que otros cuatro detenidos, todos ellos saharauis, fueron arrestados en territorio saharaui.



A principios de marzo se difundió la noticia de que Rossella Urru había sido liberada lo que en breve quedó demostrado que, por desgracia era falso.


Tras el golpe militar de 22 de marzo en Mali,la situación se complicó al quedar todo el norte de Mali bajo control de fuerzas opositoras al régimen. Antes y después de este acontecimiento hubo diversas declaraciones del Ministro español de Asuntos Exteriores en las que aseguró que los secuestrados se encontraban bien.


Finalmente,el 17 de julio salto a los medios de comunicación la noticia de que Rossella, Ainhoa y Enric habían sido liberados.


Una reflexión final:

¿Quienes han sido los damnificados? Además de los propios secuestrados y sus familias que en algunas ocasiones, en estas situaciones, sufren más psicológicamente que las propias víctimas, el pueblo saharaui se ha visto afectado por este golpe a la cooperación internacional.

¿A quién ha beneficiado? Indudablemente a la corrupta monarquía marroquí del rey Mohamed VI. Fuentes solventes han señalado siempre que tras este secuestro, independientemente de sus autores materiales, podía estar el régimen marroquí.

1 comentario:

Txomin Goitibera dijo...

Efectivamente, hay bastantes probabilidades de que fuese la dictadura alauita quien estuviese detrás de ese secuestro. Y también da que pensar el modo en que el gobierno español ha repatriado a los cooperantes en el Sáhara y el poco interés que tiene en su vuelta. Hoy como ayer, con gobiernos del PP o del PSOE, la colaboración del Estado español con la dictadura marroquí permanece invariable.